
El mozo le llevó el trapo limpio y Miguel Ángel con su habilidad hermosa pintó una moneda de ese tiempo en su plato. Dejó el plato y se fue. Vino el mozo agarró el plato y trató de sacar la moneda del plato y le daba y le daba y la moneda no salía. El mozo luego se enteró que era una pintura y fue al dueño a decírselo. Al volver otro día Miguel Ángel por esa posada, el dueño le ofreció la comida y le dijo que pintara mas monedas.
Marta Gómez
Jaja muy divertida e interesante la anécdota :D
ResponderEliminarLo estas haciendo muy bien,sigue asi =D
Genial. Estáis poniendo entradas muy buenas. Seguid así.
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